| La puerta giratoria | |
Luis de Velasco | |
| El país tiene problemas mucho más serios que el caso de la posible incompatibilidad de un ex alto cargo (sin duda, importante por su cercanía al presidente del Gobierno) de apellido Taguas, con su reciente nombramiento como presidente de Seopan, el lobby de las grandes constructoras, miles de millones de euros de facturación con las administraciones públicas. Pero, aún reconociendo lo anterior, el caso presenta aspectos de notable interés. No tanto en cuanto conducta personal de alguien que viene de una entidad bancaria y pasa fugazmente por los aledaños de un Gobierno socialista camino de designios más rentables en el sector privado como por ser síntoma, uno más, de un deterioro ético y moral de un sistema que viene haciendo aguas desde hace años. Se trata, como analizaba esta columna hace un par de semanas, de la revolving door, de la puerta giratoria entre cargos públicos y altos destinos en el sector privado sin solución de continuidad. La decisión sobre la posible incompatibilidad a cargo de la ministra de Administraciones Públicas no es sorpresa alguna viniendo de quien viene. No hay incompatibilidad, se argumenta, porque no se trata de una empresa sino de una asociación de empresas. Esta decisión es, simplemente, una tomadura de pelo y una burla a la ciudadanía, que espera, cada vez más en vano, conductas ejemplares de quienes nos mandan. Esa asociación de empresas es, claramente, un poderoso lobbycuyo objeto primero es influir y presionar a las administraciones y los gobiernos, sean el central o los autonómicos, en su favor. Para eso se constituyen y para eso contratan a personas que les faciliten la vida. Se ha optado por una interpretación desvergonzada de una ley del 2006 que, muy importante, tiene pendiente el reglamento que la debe desarrollar habiéndose incumplido el plazo ordenado para ello. Si no lo ha hecho así el Gobierno de Zapatero no ha sido por descuido, sino porque prefiere esta situación que le permite la interpretación más laxa de esa norma que, está claro, no sirve para nada. O, mejor dicho, sirve para legalizar conductas reprobables. Seguramente, ése era el propósito. La norma se aprobó después de varios años en los que la técnica de la puerta giratoria ha funcionado a todo vapor para numerosos ex ministros y ex altos cargos de anteriores administraciones socialistas. Por eso, decíamos en nuestra columna antes citada que el hecho de que el Sr. Zapatero se mostrase "desagradablemente sorprendido" por el paso de su asesor Taguas a la patronal era también sorprendente, porque ni es el único caso ni el más destacado. De todas maneras, si el presidente del Gobierno sigue "desagradablemente sorprendido" lo tiene muy fácil, ya que bastaría una indicación suya para que el caso fuese revisado. A destacar también el silencio sepulcral, por otra parte lo de siempre, a cargo de los socialistas, altos cargos y militantes. Aunque se nos habla en algún medio de algún conato de rebeldía en el grupo parlamentario de cara a una moción presentada en el Congreso por IC. No es probable, pero quizá quede ahí algún hilo de vida. Permítasenos ser escépticos aunque ojalá nos equivoquemos. ¿Continuará el serial? | |
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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