Buena parte del aceite de oliva argentino se va a granel hacia España, donde es mezclado con aceites mediterráneos y reexportado en botellitas a u$s 2.000 más por tonelada, muchas veces, de nuevo hacia América. Para no regalar ese valor agregado, en un producto que se puede comercializar envasado al mundo, la Federación Olivícola Argentina está iniciando un lobby con el objetivo de mínima de que le quiten las retenciones a la exportación de aceite de oliva (que son del 5% tanto para el envasado como a granel), y el objetivo de máxima de obtener reintegros a la exportación.
Según los olivícolas, ese es el empujón que necesitan del Estado, al menos en una etapa inicial, como lo tuvo el sector vitivinícola. Con él, añaden, la Argentina podría pasar de producir 25.000 toneladas anuales de aceite de oliva a elaborar 60.000 en cuatro años. Y sin plantar un solo olivo más. Se puede lograr sólo con riego y fertilización, lo que hoy los productores casi no hacen porque les costaría unos u$s 1.500 por hectárea.
"De México para abajo, se consumen 90.000 toneladas de aceite de oliva. El 95% son importadas de Italia y España. La Argentina hoy consume 5.000 toneladas. Exporta otras 5.000 embotelladas, por unos u$s 30 millones, y casi 10.000 a granel, también por u$s 30 millones", explica un especialista en el sector. El valor FOB ( de la mercadería puesta en puerto) de la tonelada de aceite envasado promedió en 2008 u$s 5.360, mientras que a granel rondó u$s 3.430. Así, para el experto, "hay una gran oportunidad regional para el país, tanto por situación geográfica, como por acuerdos comerciales, incluyendo el Mercosur. Podríamos llevar las exportaciones a u$s 250 millones", agregó.
La Argentina es por lejos el mayor productor de aceite de oliva del continente, y el séptimo del mundo, detrás de España, Italia, Grecia, Turquía, Marruecos y Portugal. Las provincias productoras del país son Mendoza, San Juan, Catamarca, La Rioja, Córdoba, San Luis y Buenos Aires. La gran preocupación de los jugadores locales es Chile, que si bien aún produce una cuarta parte que la Argentina, lo logró en solo cuatro años. Así, los olivícolas locales temen que, como en otros rubros, el país trasandino se quede con el éxito.
En el país hay unas 90.000 hectáreas de olivares. Cerca de la mitad data de los '90, cuando se le otorgaba un régimen de promoción industrial a quienes plantaran olivos en La Rioja y Catamarca (un beneficio al que numerosas empresas de los más variados rubros se acogieron, aunque no todas plantaron o lo hicieron bien). En 2008, por cuestiones básicamente climáticas, se produjeron cerca de 22.000 toneladas de aceite de oliva, contra las 27.500 de 2007.
Los exportadores de aceite de oliva envasado son Molinos, con cerca de la mitad de los envíos; Promet, con el 22%; Solfrut, con el 8%; Arisco (de Unilever), con 5%; La Serenísima, con otro 5%; San Juan de los Olivos (de Roemmers), con 4%, y Nucete, con 3%. La mayor parte se envía a Brasil, y en segundo lugar a Estados Unidos. "Competimos con Europa, que además de experiencia e imagen, tiene subsidios y ayudas.
| || Fuente: CRONISTA | |
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