Cuando Google anunciaba allá por el mes de abril la compra de Doubleclick, seguramente sabía lo que le esperaría, de ahí que gastara cerca de 580.000 dólares durante los seis primeros meses del año en acciones de lobby dirigidas al gobierno norteamericano. Mientras tanto, Microsoft contrataba a la firma Patton Boggs para intentar desbaratar la operación. En vista de los resultados en los states, la compañía de Bill Gates se ha trasladado a Europa de la mano de Burson Marsteller para intentar influir en la decisión que adoptará la Comisión Europea antes del 26 de octubre. El lobby, a la conquista de Internet. Según Wikipedia, 'un lobby (del inglés "entrada", "salón de espera") es un grupo de presión que, por medio de distintas estrategias, trata de influir en centros de poder ejecutivo o legislativo con el fin de favorecer sus propios intereses o los de aquellos a quienes representa'. Esta actividad, tan antigua como la propia humanidad, ha influido en las decisiones de mandatarios de medio mundo, que asisten impasibles a las presiones de los grandes grupos de poder. Sin embargo, a pesar de las connotaciones negativas adheridas tradicionalmente en nuestro país al Lobbying, estos grupos de presión son tomados con la mayor naturalidad en los países anglosajones, así como en instituciones supranacionales como los distintos organismos de la Unión Europea (Bruselas y Washington son, sin lugar a dudas, las grandes capitales de Lobby). Dicho esto, no es de extrañar que, cuando hay muchos euros o dólares en juego, las empresas recurran a especialistas en lobby para intentar dar marcha atrás a una situación potencialmente desfavorable. Como no podía ser de otra manera, y debido a su importancia estratégica, el negocio de Internet no está eximido de ello, y ha asistido durante el último año a una frenética actividad impulsada tanto por Google como por Microsoft. Ahora bien, ¿merece la pena armar tanto revuelo por la compra de una compañía por otra? Si eres Microsoft, y ves como tu principal competidor en el negocio de la publicidad online lo hace, por supuesto, máxime cuando te ha quitado algo que ya considerabas tuyo, como es el caso de Doubleclick. Por este motivo, desde Seattle no se ha reparado en gastos para comenzar un movimiento antigoogle que desbarate la compra de la citada Doubleclick por el buscador californiano, amparándose en que la operación traería consigo una situación de monopolio en el negocio online. Microsoft contrató a la firma Patton Boggs para este propósito, un hecho por el cual ha desembolsado aproximadamente 40.000 dólares, según fuentes de mercado. Sin embargo, esta operación no ha sido la única que ha desarrollado: es habitual ver a la compañía de Gates lobbear en su propio beneficio en multitud de ámbitos, ya sea a través de campañas online, creando y apoyando organizaciones ad hoc ('Voices for Innovation' y la recientemente creada 'Initiative for Competitive Online Marketplaces' son buenos ejemplos de ello). |