| BIENVENIDOS AL PRIMER SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RESPONSABILIDAD SOCIAL EN MINERÍA | |
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Por muchos años nuestra actividad fue sinónimo de enclave, es decir un oasis de tecnología y estándares laborales ajeno a su entorno. Campamentos modernos y autónomos en medio del desierto o en la cordillera, con sus propios sistemas de abastecimiento o incluso sus propios canales de TV. Es decir, verdaderos sistemas autárquicos que evitaban mirar a las comunidades cercanas. Hoy, la empresa que siga mirando solo al cerro en vez de observar en 360°, o que no integre la visión de los vecinos sobre sí misma, no tiene futuro en la industria. Sin legitimidad social no será posible asegurar la continuidad de las operaciones o el desarrollo de nuevos proyectos. Es más, la naturaleza de nuestra actividad, a partir de recursos naturales no renovables, hace que siempre debamos estar pensando en el futuro, reconociendo y poniendo en valor nuevos recursos mineros, y por lo tanto ingresando a sociedades que no siempre tienen una tradición minera. En ese contexto, no solo debemos preguntarnos cómo protegeremos nuestro entorno respecto de los impactos y riesgos propios de nuestra industria. El gran desafío que tenemos es hacer ver el sentido que tiene nuestra actividad en el mundo del futuro. Y ese futuro, ese progreso, no es ni será posible sin los metales y por tanto sin la gran minería. La mirada que hemos hecho en nuestra compañía respecto del tema social nos ha llevado a identificar dos grandes campos de gestión para abordar las distintas inquietudes y expectativas de la sociedad. El primero se refiere a una Conducta Responsable, que permita asegurar el respeto y la consideración por las personas. La seguridad y salud de nuestros trabajadores, la calidad de las relaciones laborales, la convivencia armónica con las comunidades o la empleabilidad y la generación de capacidades de provisión locales están en la base. Además hoy existen nuevas oportunidades y desafíos, como por ejemplo la integración de género o el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios a nivel global. El segundo ámbito fundamental en la gestión social es el que apunta al desarrollo de las sociedades donde nos desempeñamos. Esto significa, por ejemplo, mirar más allá de nuestras propias necesidades de personal, preparando capacidades locales que permitan obtener alternativas de desarrollo distintas a la minería, especialmente abordando la modernización de las actividades tradicionales de esas zonas. En este campo hay excelentes ejemplos en toda nuestra industria, pero hoy posiblemente debemos ir más allá de los esfuerzos individuales y trabajar una visión común especialmente en aquellas zonas donde conviven distintas faenas mineras. Para todo lo anterior nuestra industria requiere conocer en profundidad su contexto y avanzar sobre indicadores de gestión efectivos, planteando y controlando metas desafiantes que den respuesta a la sociedad. Todo esto debe ser parte de la cultura de nuestras organizaciones, permitiendo que los aspectos económicos, ambientales y sociales estén considerados en la toma de decisiones desde el diseño de cualquier proyecto hasta su cierre. Este es el llamado final que deseo hacer en este mensaje, y que no es otro que convocar a los líderes de nuestra industria a velar por una gestión integral que haga que la minería ya no sea sinónimo de enclave, sino que de integración y trabajo conjunto con la sociedad para su progreso económico y espiritual. Marcelo Awad | |
Una minería integrada a los desafíos de la sociedad | BIENVENIDOS AL PRIMER SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RESPONSABILIDAD SOCIAL EN MINERÍA | |
| Una minería integrada a los desafíos de la sociedad
Por muchos años nuestra actividad fue sinónimo de enclave, es decir un oasis de tecnología y estándares laborales ajeno a su entorno. Campamentos modernos y autónomos en medio del desierto o en la cordillera, con sus propios sistemas de abastecimiento o incluso sus propios canales de TV. Es decir, verdaderos sistemas autárquicos que evitaban mirar a las comunidades cercanas. Hoy, la empresa que siga mirando solo al cerro en vez de observar en 360°, o que no integre la visión de los vecinos sobre sí misma, no tiene futuro en la industria. Sin legitimidad social no será posible asegurar la continuidad de las operaciones o el desarrollo de nuevos proyectos. Es más, la naturaleza de nuestra actividad, a partir de recursos naturales no renovables, hace que siempre debamos estar pensando en el futuro, reconociendo y poniendo en valor nuevos recursos mineros, y por lo tanto ingresando a sociedades que no siempre tienen una tradición minera. En ese contexto, no solo debemos preguntarnos cómo protegeremos nuestro entorno respecto de los impactos y riesgos propios de nuestra industria. El gran desafío que tenemos es hacer ver el sentido que tiene nuestra actividad en el mundo del futuro. Y ese futuro, ese progreso, no es ni será posible sin los metales y por tanto sin la gran minería. La mirada que hemos hecho en nuestra compañía respecto del tema social nos ha llevado a identificar dos grandes campos de gestión para abordar las distintas inquietudes y expectativas de la sociedad. El primero se refiere a una Conducta Responsable, que permita asegurar el respeto y la consideración por las personas. La seguridad y salud de nuestros trabajadores, la calidad de las relaciones laborales, la convivencia armónica con las comunidades o la empleabilidad y la generación de capacidades de provisión locales están en la base. Además hoy existen nuevas oportunidades y desafíos, como por ejemplo la integración de género o el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios a nivel global. El segundo ámbito fundamental en la gestión social es el que apunta al desarrollo de las sociedades donde nos desempeñamos. Esto significa, por ejemplo, mirar más allá de nuestras propias necesidades de personal, preparando capacidades locales que permitan obtener alternativas de desarrollo distintas a la minería, especialmente abordando la modernización de las actividades tradicionales de esas zonas. En este campo hay excelentes ejemplos en toda nuestra industria, pero hoy posiblemente debemos ir más allá de los esfuerzos individuales y trabajar una visión común especialmente en aquellas zonas donde conviven distintas faenas mineras. Para todo lo anterior nuestra industria requiere conocer en profundidad su contexto y avanzar sobre indicadores de gestión efectivos, planteando y controlando metas desafiantes que den respuesta a la sociedad. Todo esto debe ser parte de la cultura de nuestras organizaciones, permitiendo que los aspectos económicos, ambientales y sociales estén considerados en la toma de decisiones desde el diseño de cualquier proyecto hasta su cierre. Este es el llamado final que deseo hacer en este mensaje, y que no es otro que convocar a los líderes de nuestra industria a velar por una gestión integral que haga que la minería ya no sea sinónimo de enclave, sino que de integración y trabajo conjunto con la sociedad para su progreso económico y espiritual. Marcelo Awad | |
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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CEL: 93934521
Santiago- Chile
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