Eduardo Zaplana (Cartagena, 1956), la  nueva cara institucional del grupo Telefónica en Europa, abandona temporalmente  el proceloso mundo de la política para adentrarse en su primera aventura  empresarial, mucho más confortable, con menos sinsabores, con menor desgaste  mediático y desde luego mejor retribuida a finales de cada mes. César Alierta,  el presidente de la primera operadora continental, ha creado «ex profeso» el  cargo de «delegado de la compañía para Europa», de carácter no ejecutivo, para  dar cobijo al antiguo portavoz del Grupo Popular.
 Su principal misión, su nueva razón de ser  profesional, estará básicamente centrada en representar los intereses  institucionales de la multinacional española en el Viejo Continente, espacio  donde mantiene un duro contencioso con la Comisión Europea a cuenta de una  presunta posición de dominio en el mercado de servicios mayoristas de banda  ancha, castigada en julio de 2007 con una una multa de 151,8 millones de euros,  la más alta impuesta hasta la fecha.
 Manos libres
 Y  con la gran ventaja de reportar directamente a César Alierta, porque Eduardo  Zaplana disfrutará de manos libres para hacer y  deshacer a su antojo y no dependerá directamente de ningún órgano ejecutivo de  la compañía. El ya ex diputado deberá coordinar, eso sí, sus  acciones de lobby con la oficina que la operadora posee en Bruselas y a cuyo  frente figura Carlos López Blanco, ex secretario de Estado de Telecomunicaciones  y para la Sociedad de la Información en el último Gobierno de José María  Aznar.
 Para  dar enjundia al cargo de nueva creación, Eduardo Zaplana podría ser designado  oficialmente a finales del próximo mes de mayo por el consejo de Telefónica  miembro de los consejos de Telefónica O2 Europa y de Telefónica O2 República  Checa, aunque este paso no es estrictamente necesario. Su campo de operaciones  comprenderá el Reino Unido, Alemania, Irlanda, República Checa, Eslovaquia y,  especialmente, Italia, donde puede jugar un destacado papel tras la victoria  electoral de Silvio Berlusconi, amigo del ex presidente José María Aznar.
 El  inesperado nombramiento de Eduardo Zaplana causó ayer perplejidad en el  hermético sector de las telecomunicaciones. Algunas fuentes apuntan que su  irrupción en Telefónica está directamente relacionada con la marcha forzosa de  Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa y amigo íntimo de César Alierta, que fue  designado consejero independiente de la operadora a finales de diciembre de  2007, y posteriormente rescatado para la escena política por Mariano Rajoy con  motivo de las elecciones generales de marzo. De acuerdo con esta versión,  bastante generalizada por cierto, con su fichaje Alierta trata de reequilibrar  el nombramiento de Javier de Paz, ex secretario de Juventudes Socialistas, ex  presidente de Mercada y amigo íntimo de José Luis Rodríguez Zapatero.  Curiosamente, Zaplana y De Paz mantienen buenas relaciones personales, como  atestiguan diversos encuentros públicos mantenidos últimamente en concurridos  hoteles de la capital.
 Buenos amigos
 El ex portavoz del Gobierno popular también cuenta con buenos  amigos en el seno de la operadora. En especial con José Antonio  Sánchez, ex director general de RTVE y actual director general de la División  Latinoamérica de Telefónica Internacional, con quien trabó buena amistad en su  etapa al frente de la alcaldía de Benidorm y al frente de la Generalitat  Valenciana.
 Otras  fuentes consultadas restan peso político al nombramiento de Eduardo Zaplana y  recuerdan la gran habilidad demostrada por César Alierta para rodearse de  primeros espadas, con independencia de tendencias partidistas, para garantizarse  una confortable gestión al frente de Telefónica. Así, recuerdan el  fichaje de Fernando Almansa, ex jefe de la Casa Real, como miembro del consejo  de administración; el de Iñaki Urdangarín, marido de la Infanta Cristina, como  consejero de Telefónica Internacional; el de Narcís Serra, ex vicepresidente del  Gobierno de Felipe González como miembro del consejo asesor de la operadora en  Cataluña y Chile, o el de Francisco Serrano, subdirector general de la Fundación  Telefónica y hermano de José Enrique Serrano, director de gabinete de la  Presidencia de Gobierno.
 El sueldo que percibirá Zaplana fue ayer otra de las comidillas  del sector. Con toda seguridad estará lejos de los 3.000 euros al mes, más  dietas, que percibía como diputado. Pero entre el sueldo base  más que lo percibirá como consejero de Telefónica O2 y de Telefónica O2  República Checa, además de planes de acciones sobre acciones y bonus, se calcula  que rondará los 600.000 euros al  año.