"Casa tomada" 
Artículo  censurado en El País y publicado en El Correo el 19 de mayo de 2007.  
"Como no soy jurista -y cada vez entiendo menos el guirigay de  quienes lo son-, no puedo decir nada relevante sobre la sentencia del Tribunal  Supremo que parte salomónicamente por la mitad a ANV, éstos sí, aquellos no,  pasemisí, pasemisá. Lo único claro es que el brazo político de ETA (que adopta  nombres distintos pero practica siempre la misma obediencia) va a estar  ampliamente presente en las elecciones y luego en las instituciones vascas,  salvo una poco probable ilegalización penal en el último momento. Y también  resulta indudable que la Ley de Partidos habría autorizado otras salidas legales  para impedir real y totalmente esa presencia. ¿Que no había plazo para una  impugnación de ANV? Si usted lo dice, le creeré, pero resulta raro que se nos  haya echado el tiempo encima cuando la estrategia de ETA se conoce desde hace  meses: primero un partido en clara continuidad con Batasuna como señuelo, luego  reactivar la cáscara vacía de otro partido "dormido" en la legalidad y dotarlo  milagrosamente de militantes, medios, etcétera, de modo que permita el avance  travestido de los de siempre. "Larvatus prodeo", que diría Descartes. ¿Que ANV  rechaza desde 1930 el recurso a la violencia? Parece que a estas alturas y  mediando un reciente atentado con víctimas habría que exigir un deslinde del  terrorismo etarra más explícito a quienes tan a las claras provienen de él: si  no le entendí mal, se lo oí decir al propio Fernández Bermejo en una entrevista  con Iñaki Gabilondo en Cuatro. 
¿Ah, pero es que lo realmente infumable  es la Ley de Partidos! Ahora se oye por todas partes: en el País Vasco lo dicen  desde el consejero Azkarraga, ese espejo de juristas, hasta el rejuvenecido  Alfonso Sastre, cuyas ideas políticas siempre han sido un poco peores que sus  obras de teatro, háganse una idea. Pongo la radio y en la tertulia escucho a un  mequetrefe que compara esa ley aprobada por amplia mayoría parlamentaria con las  dictadas por Franco: es que prohíbe cosas y nuestro héroe es partidario caiga  quien caiga (él no caerá, descuiden) del prohibido prohibir. Supongo que de  genialidades como ésta le viene el descrédito a Mayo del 68. 
Acudiendo a  fuentes más serias, me deja perplejo leer en un editorial de El País (7-5-07)  que «es una ley excepcional y de muy problemática aplicación, en la medida en  que es limitativa de derechos». Hombre, muchas leyes limitan derechos pero  siempre los de quienes los utilizan para lesionar o impedir el ejercicio de los  de otros. Como explica a continuación el propio editorial, es el caso de quienes  impiden la libre competencia democrática apoyando la eliminación física o la  intimidación permanente de sus adversarios políticos. La Ley de Partidos  defiende el ejercicio de los derechos políticos de todos, menos de los que  quieren simultanear política y crimen para ganar a dos bandas. ¿Y «excepcional»?  ¿Por qué es excepcional, si no fue dictada por decreto del Ejecutivo sino  aprobada en la sede legislativa adecuada? Claro que siempre contó con la  oposición de los nacionalistas de toda laya y desde luego hoy mantener una ley  que contraríe a los nacionalistas es algo realmente excepcional ¿Ha sido  recurrida en el Tribunal de Estrasburgo! Bueno, no sabemos si prosperará el  recurso, pero existe algún precedente orientativo. Por ejemplo, cuando se  ilegalizó el Partido de la Prosperidad turco -al que pertenecía entonces el  islamista Gül y que contaba con seis millones de votos- por apoyar la violencia  separatista y atentar contra la laicidad de Estado, el Tribunal de Estrasburgo  ratificó tal medida dictaminando que «la democracia representa un valor  fundamental en el orden público europeo pero si se demuestra que los  responsables de un partido político incitan a la violencia o mediante mecanismos  ilegítimos buscan la destrucción de la propia democracia su disolución puede  considerarse justificada» (citado por R. Navarro Valls, "Las dos almas de  Turquía", El Mundo, 3-5-07). 
Puede ser que la culpa de todo la tenga, en  última instancia, el obstruccionismo del PP a la buena voluntad pacificadora  gubernamental. Es lo que parece dar a entender, entre otros miles, John Carlin  en su artículo "Es la hora de gobernar juntos" (El País, 6-5-07). Compara la  oposición inicial de Ian Paisley a sentarse junto a Sinn Feinn, sus actuales  socios de gobierno, con declaraciones semejantes de Mariano Rajoy o María San  Gil respecto al reconocimiento de Batasuna. Entre otras diferencias que sería  obvio señalar (los dos extremos irlandeses en colisión tenían mutuos lazos con  grupos violentos, mientras que en España el brote de terrorismo antiterrorista  no vino precisamente de los populares), omite Carlin que la intransigencia de  Paisley no ha cesado porque sí, sino porque IRA ha entregado las armas y Sinn  Feinn ha reconocido finalmente la policía y la magistratura norirlandesas. Puede  que el feroz clérigo haya cambiado, pero sólo cuando también han cambiado las  circunstancias, tras una suspensión del Parlamento autonómico y una renovada  actitud de firmeza del siempre oportunista Blair. Muchas cosas pueden objetarse  a la política del PP, sin duda, pero ahora que la valiosa y valerosa María San  Gil se ha visto apartada momentáneamente de la política por enfermedad, conviene  recordar en su honor y en el de su partido que cualquier concejal del PP en el  País Vasco ha hecho más por la defensa de las libertades constitucionales de  ustedes y mías que todos los intelectuales abajofirmantes que luchan contra la  derechización del mundo desde sus cómodos negocios artísticos o académicos.  
Aunque duela decirlo y dejando a un lado la pureza de las intenciones  iniciales, ejem, lo indudable ya es que el Gobierno de Zapatero ha fracasado en  toda regla en el supuesto "proceso de paz". Una ETA acorralada, políticamente  cortocircuitada y que podía haber sido eliminada en año y medio de haber seguido  la política conjunta PP-PSOE de finales del Ejecutivo anterior (según afirma la  Policía francesa) se encuentra hoy revitalizada, rearmada y dispuesta a actuar  en cualquier momento. Batasuna no ha cambiado ni un ápice sus planteamientos  políticos, ha pasado de fuerza marginal y casi mendicante a interlocutor  político privilegiado, además de volver como fuerza electoral y recuperar  probablemente sus posiciones perdidas en muchos municipios claves para su  financiación y reafirmación estratégica. Ha aumentado la presencia radical en  los medios de comunicación vascos, sigue la coacción sobre los ciudadanos  disidentes y desde luego la extorsión a empresarios y profesionales, contra la  que por lo visto nada puede hacerse (¿se imaginan lo que sería saber que cientos  de empresas, comercios, restaurantes, profesionales están pagando mensualmente  cantidades importantes a Al-Qaida pero que nada puede intentarse penalmente  contra ellos porque bastante sufren ya los pobrecillos?). De Juana Chaos se  pasea tranquilo por el mundo y dentro de poco tendrá problemas de sobrepeso, por  lo que habrá que mandarle a su domicilio para que haga régimen. Y para colmo  todo el mundo asume como inevitable que ETA volverá matar. Digo yo que en cuanto  acabemos de desvelar las patrañas y mentiras de la supuesta "conspiración" del  11-M, habrá que empezar con las del "proceso de paz". Denunciar a quienes  dijeron que no había negociaciones políticas (lean, lean los documentos  incautados al "comando Donosti"), a los que aseguraban sin enrojecer que Aznar  hizo lo mismo, a los que sacaban la foto de las Azores cada vez que se les  señalaba la de Patxi López con Otegi, a los que nos contaron las virtudes  humanitarias y los efectos salvadores del tratamiento penal a De Juana, por no  mencionar a quienes aseguraban que había "indicios borrosos" de la voluntad de  ETA de dejar próximamente las armas Cuatro podría hacer otro buen reportaje, muy  objetivo, sobre este tema y hasta le sugiero un título, más triste pero no menos  verdadero que el del anterior: "La victoria de los embusteros". 
Uno de  los mejores cuentos de fantasmas que conozco es "Casa tomada", de Julio  Cortázar. En él, una pareja de hermanos mayores y solteros vive en la casa de  sus antepasados. Poco a poco, deben ir cerrando habitaciones y bloqueando  puertas de las estancias 'tomadas' por entidades que no se precisan pero se  presienten hasta que finalmente tienen que abandonar su hogar invadido por el  Mal. En el País Vasco, muchos de quienes hemos luchado contra el expansionismo  del nacionalismo obligatorio estamos en la misma tesitura. ETA y adláteres  ocupan las localidades pequeñas, luego las medianas, luego barrios de las  grandes y espacios públicos comunes: nosotros vamos cerrando puertas y  retrocediendo. Cada vez con menos apoyos y más críticas de quienes se  impacientan por nuestras quejas. Los socialistas vascos por ejemplo nos tienen  por "miserables", cuando no por extremistas de derechas (con el PSE pasa lo que  con la Ertzaintza, aunque peor: en sus filas hay gente decente y combativa, pero  con los mandos actuales no hay manera). Y aún eso es preferible a los que nos  muestran su 'solidaridad humana' por las amenazas que sufrimos, para acto  seguido criticar la Ley de Partidos o recomendar el diálogo como solución de  nuestros males. No, que quede claro: no queremos solidaridad "humana" sino  política. La "humana" que se la guarden los simpáticos donde mejor les encaje  
Y habrá que irse, claro. Ya no podemos hacer más. Ustedes, nuestros  conciudadanos, tienen la palabra. Si refrendan electoralmente lo que hasta ahora  se viene haciendo, sólo nos queda salir a la intemperie y buscar refugio donde  sea. «Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la  llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar  y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada".  
Fernando Savater 
Artículo censurado en El País y publicado en El Correo, el 19  de mayo de 2007