LOBBY
Nosotros nos preocupamos del Lobby y no nos podemos abstraer de lo que opina un lobista que en lo personal y sin conocerlo, me merece el mayor respeto y admiracionpor su consecuencia y trayectoria.
Curso Lobby: Ponencia 1 ENRIQUE CORREA  RÍOS
LOBBY, UNA HERRAMIENTA DE  COMUNICACIÓN ESTRATÉGICA
Qué se entiende por  lobby. Una herramienta de la  comunicación estratégica orientada a la construcción de relaciones fluidas y  positivas entre actores y sujetos, agrupaciones y empresas públicas con el  Estado.
Esta comunicación tiene  como propósito hacer presente intereses particulares, informar sobre sus  fundamentos y empeñarse en que estos intereses sean tomados en cuenta por el  decisor público.
Más en general, estamos hablando de hacer compatibles el  interés público y el interés privado.
Este es el corazón de nuestro trabajo, construir acuerdos  en torno a  políticas públicas que  abran espacio de acción y de inversión a los actores privados y que enriquezcan,  perfeccionen y mejoren la calidad de las políticas  públicas.
Políticas públicas rigurosas, técnicamente impecables,  pero amigables con la sociedad y con el mercado.
Actores privados, en nuestro caso empresas privadas que  miren más allá de lo inmediato y construyendo puntos de vista, enfoques  estratégicos sobre las políticas públicas que le  atañen.
Algunos comentarios relacionados con estas afirmaciones  básicas.
Uno: La  negociación. La representación del interés particular, la búsqueda de  formas de gravitación en las políticas públicas ha sido siempre consustancial a  la actividad empresarial, ese papel lo cumplen los Directorios, las  asociaciones, los abogados.
Lo que básicamente ocurre con la empresa de lobby, es que  constituyen formas de externalización y profesionalización de esta actividad  indispensable en la agenda de una empresa.
Esta forma de externalizar permite además, transparentar  la negociación, alejarla del oscuro secreto o de la conversación  inconfesable  y transformarla en la  búsqueda de acuerdos racionales y mutuamente  convenientes.
Otra observación:  El lobby es la profesionalización del  oficio de negociar en el mundo de hoy. Parte de las premisas es que en una  sociedad abierta no existen intereses  antagónicos.
Las sociedades modernas constituyen su diario vivir en  base a acuerdos, a permanentes pactos de convivencia y mutuas concesiones. La  modernidad huye del antagonismo y busca armonizar y  compatibilizar.
Otra observación: la  compatibilidad entre el interés público y el interés privado no es  automático.
En el mundo de la administración pública, muchas veces  los decisores tienden a actuar en base a una cultura puramente normativa, con  grados de ceguera ante los procesos reales que transcurren en el  mercado.
A su vez, en el mundo de la empresa privada se privilegia  la búsqueda de ventajas, no siempre compatibles con el interés  general.
Todavía tenemos un universo político y administrativo que  no conoce bien las reglas, las dinámicas, las lógicas del mundo  privado.
Y tenemos también, un mundo de interés privado que no  conoce bien, no termina de comprender las formas en que se desenvuelve la  política y la administración pública.
Este relativo desconocimiento mutuo es fuente de  prejuicios, temores de conspiración y de guerras por  error.
La existencia de facilitadores expertos en comunicación  en asuntos públicos, conocedores de la empresa privada y el mercado y con  elevada calidad en el conocimiento de políticas públicas, precisamente  contribuye a la construcción de puentes entre estos mundos de lógica y cultura a  menudo distantes.
El lobby, entendido de manera correcta, dista de la  actividad del gestor. No son las gestiones informales las que definen esta  actividad. El punto que los define es la construcción de una estrategia de  comunicaciones con la autoridad, constituida a partir de la formación  de opiniones propias por parte de la  empresa en terrenos como las políticas públicas, las regulaciones, las  formulaciones y aplicaciones de normas que buscan ordenar el  mercado.
Esta estrategia de comunicaciones parte de tres  premisas:
-    El derecho y el deber de la empresa de sostener puntos de vista, técnicamente fundados, sobre los asuntos que le atañen.
 
-    El deber del decisor público de tomar en cuenta los intereses que afecta con sus decisiones.
 
-    El respeto a la autonomía de la autoridad para tomar, finalmente, las decisiones que estime conveniente.
 
Estas premisas o principios no empobrecen, ni oscurecen  las políticas públicas en su búsqueda de que éstas tengan en cuenta la opinión  de los privados. Por el contrario, las enriquecen , las vuelven más armónicas  con la vida real.
Afirmábamos al comienzo de esta exposición que el lobby  es una herramienta de las comunicaciones estratégicas. La comunicación  estratégica apunta a que la empresa comprenda e internalice nuevas variables de  su entorno como un deber de su conducción estratégica; como un requisito del  acrecentamiento de su valor; de la solidez de su marca y de la elevación de su  competitividad.
Ello supone, por lo menos,  cinco capacidades:
1.-   Capacidad para comprender y predecir horizontes reguladores, comunitarios  y políticos del entorno.
2.-   Capacidad de tener buenas relaciones con las autoridades locales y  nacionales
3.-   Capacidad de negociar frente a controversias con el mundo público y con  otros actores del mundo privado. 
4.- Capacidad para evaluar crisis y operar  racionalmente frente a ella.  Para  despejar desconfianzas y evitar anticipadamente consecuencias  catastróficas.
5.-   Capacidad para comunicar bien, para comunicarse bien ante la opinión  pública, por la vía de los medios de  comunicación.
      
De hecho estas capacidades están vinculadas las unas a  las otras. Por ello es que, a lo menos en nuestro caso, no son distintas las  acciones destinadas a la opinión pública, de aquellas destinadas a la autoridad  o a la comunidad.
Los servicios de comunicación estratégica son o terminan  siendo integrales. Ese es, por lo menos, nuestro esfuerzo. Combinar en una misma  empresa expertos en políticas públicas   y profesionales de la prensa.
El trabajo de empresas externas o especializadas que  contribuyan a acrecentar estas capacidades, son un aporte a la trasparencia  empresarial y a la transparencia general de sus comunicaciones con la autoridad,  con la competencia, con los ciudadanos.
Este es entonces un capítulo de la comunicación  estratégica, que busca el desarrollo de capacidad que va más allá de la calidad  de su producto y que fortalecen su imagen corporativa como una condición de su  éxito.
Hay un mundo de diferencia entre las empresas rodeadas de  un clima de conflicto en su entorno, que aquella que construyen a su alrededor  espacios de armonía, colaboración, fluidez, conceptos positivos para el mundo y  la sociedad en que vive.  Esta es  casi toda la diferencia entre las empresas que les va bien y la que les va  mal.
El lobby ha sido demonizado porque no ha sido  una actividad transparente, asumida como  tal.
Porque se la identifica con la pugna por ventajas  inapropiadas o ilegitimas. Porque muchos la identifican  con acciones que, en la oscuridad del  contacto privado, se acerca a la frontera del tráfico de influencias, entendido  como pactos de ventaja mutuas entre la empresa y el regulador o el decisor  público.
Precisamente transformar esta actividad en un trabajo  profesional, tecnificado, que aborde políticas públicas desde el punto de vista  privado y lo haga de manera abierta y transparente, es el mejor antídoto para  este juego de influencias que se sustraen al escrutinio  público.
El lobby debe ser regulado,  precisamente para ello se requiere regular esta actividad, incluso en todo lo  que corresponda, mediante una legislación que asegure su corrección y estimule  su ¿...?
A lo menos una legislación  o reglamentación y autorregulación acerca de los conflictos de intereses, que  separe las empresas que asesoran al Estado, de las que asesoran a empresas  privadas, para evitar que alguna esté en los dos lados del río o de la mesa, que  obligue a declarar los intereses que se representan ante la autoridad, que  regule los modos y oportunidades de la negociación pública-privada; la  circulación de información; las fronteras entre la confidencialidad y la  transparencia.
Enrique Correa  Ríos
 Rodrigo González Fernández
Renato Sánchez 3586 of. 10
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